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Su proeza fue el poder soportar el accesorio para simular lo grandes que eran los dientes del cantante: “Fue difícil cantar con ellos, fue difícil hablar y besar”, compartió a Ellen Degeneres en televisión.
Pero al concluir la filmación no pudo evitar sentir tristeza de despojarse del accesorio dental, así que tuvo una idea genial.
“Yo solo me senti desnudo sin ellos, era tan Freddie, y los conserve”, reveló una vez que se cuestionó: ¿Qué hubiese hecho Freddie si conservara algo? “
Y luego ‘a lo Freddie’ se respondió a si mismo que haría lo más ostentable posible.
“Los mande bañar en oro”, compartió.
“Tengo (la parrilla dental) de Freddie y creo que a él le haría gracia”.
Para prepararse en su personaje tuvo meses de investigación, ya que “no conocía los detalles íntimos de la vida de Freddie o de Queen”, por lo que buscó todas sus imágenes de archivo y entrevistas, además de que tomó clases de canto y baile, porque si bien la voz era de un doble y del mismo Freddy, él tenía que cantar para imprimir fuerza a la actuación.
En cuanto a cómo logro imprimir los movimientos dramáticos que Freddie Mercury hacía en el escenario detalló que trabajó con un entrenador de movimiento, quien le hizo imaginar que pasaba un baño de burbujas en su espalda, que alguien le daba un plato de espaguetis, o necesitaba erguirse como una jirafa. El éxito se vio en pantalla.