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Flor Silvestre ya descansa junto Antonio Aguilar, su gran amor. Su hijo Pepe Aguilar comentó en la misa de cuerpo presente, “Ya se te hizo y vas a estar con tu rorro” . Trece años y medio pasaron para reencontrarse.
La misa de la cantante y actriz contó con mariachis, y música de banda; algo que ella deseó como última voluntad. “Con música, como tú quisiste, ya que viviste de la música”, comentó Pepe.
Sus hijos Antonio Aguilar Jr., Marcela y Francisco Rubiales, y Dalia Inés; además de nietos,estuvieron presentes. Su nieta, Ángela Aguilar, participó en la lectura de la misa.
Pepe y Toño Aguilar agradecieron al personal médico las atenciones que tuvieron para con su madre, pero no quiso detallar sus enfermedades, porque ella era más que eso: “Pudiera meterme en más honduras fácilmente, pero no lo voy a hacer porque la señora Flor no es este momento, ni fue este momento. Ella fue alguien que vino a llenar de alegría, de vida, bondad y cariño a toda esta zona”, comentó.
Destacó que “de la nada” sus padres impulsaron el lugar y se comprometió en, junto a su familia, seguir poniendo en alto a Zacatecas.
Los recuerdos jocosos de la estrella del Cine Nacional también los compartió su hijo, como el que fuera medio enojona y Toño se salvó porque fue el consentido.
“Era una mujer muy buena, tenía unos valores muy profundos, muy cristianos y así nos educó”.
Terminando la misa, que se realizó en el rancho El Soyate, en Zacatecas, propiedad de la familia, se trasladó el ataúd de Silvestre hacia donde se encuentran las cenizas de su esposo, pero antes descender su féretro su hijo Antonio Aguilar, solicitó abrir el ataúd para darle un último beso. Su hermano Pepe exclamó: “Yo ya le di muchos besos, pero mi hermano quiere darle un beso, cosa que me parece perfecto”.
Uno de los últimos íconos del espectáculo mexicano falleció a los 90 años de edad de causas naturales.
