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Carrie Fisher tuvo un acto de humor negro hasta el final de sus días,o al menos así dedujeron sus familiares que debería ser al reposar sus cenizas en una cápsula gigante del medicamento Prozac, reconocido para combatir la depresión.
La actriz de La Guerra de las Galaxias reconoció que enfrentó a lo largo de su vida trastorno bipolar y depresiones,por lo que su familia consideró que debía descansar en su objeto más preciado.
“La posesión favorita de Carrie era ese Prozac gigante que ella compró hace unos años atrás. Una pastilla gigante”, dijo Todd Fisher, hermano de Carrie a la prensa el día del funeral.
Fisher también enfrentó enfermedades mentales y fue una de las primeras en Hollywood de hablar del tema sin tapujos.Contó en muchas ocasiones sus episodios de enfermedad.
Así que el que sus restos reposen ahora en un gigante Prozac es un acto de humor negro,tan característico de Carrie.
“No pudimos encontrar nada que fuera apropiado. A Carrie le hubiera gustado”, dijo su hermano. Y añadió: “era su objeto favorito, y es así como lo haces”.
Una parte de las cenizas de la actriz fueron esparcidas dentro del ataúd de su madre, Debbie Reynolds,que murió un día después,otras se quedaron en el enorme Prozac.
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